“Morir es normal”, nos dice Enric Benito, lo que no quita que “morir bien sea de vital importancia”. Y es que morir no es una enfermedad que se pueda tratar, sino un proceso en el que nuestra habitual perspectiva de la realidad se disuelve y se abre la oportunidad de atisbar lo trascendente, lo numinoso y lo sagrado.
Haber acompañado a muchas personas en su tránsito a la muerte le permite a Benito afirmar que cada uno muere como ha vivido y, por tanto, una vida plena propicia una buena muerte. Con todo, el proceso de morir suele atravesar una primera fase caótica de resistencia, a la que siguen otras de aceptación y trascendencia. Quien se va necesita aceptar lo vivido, conectar con lo querido y abandonarse a lo pertenecido. Y a todo esto, que no siempre resulta fácil, los que acompañan al muriente pueden ayudar con su hospitalidad, presencia y compasión.
Enric Benito Oliver es médico. Alcanzó una gran reputación como especialista en oncología, pero después de sufrir una crisis personal decidió dedicar sus esfuerzos a los cuidados paliativos, campo en el que ha ejercido desde hace más de 20 años.
Cuidando, investigando, publicando y convirtiéndose en un referente internacional. Es conocido por el interés que demuestra por el bienestar emocional y los cuidados espirituales al final de la vida. Además, imparte clases y conferencias en universidades por todos los rincones del planeta. Pertenece a redes nacionales e internacionales de profesionales que promueven la integración de lo espiritual en la práctica clínica.