Lo primero que hacemos en esta vida al
llegar a ella es inhalar; lo último que haremos es exhalar. Respiramos de
quince a veinte veces por minutos, o sea cientos de miles de veces a lo largo
de nuestra existencia humana. Nuestra respiración es mecánica, como si «algo»
respirase por nosotros, pero también la podemos convertir en una función
consciente y aprender a regularla.