El fuego es el elemento que caracteriza al verano. El elemento fuego en equilibrio produce emociones de entusiasmo, vitalidad y alegría, por el contrario, si existe un defecto de fuego tendremos estados de tristeza y falta de vitalidad. El fuego proporciona la energía que rige al corazón y
al intestino delgado.
El corazón es uno de los órganos más activos durante esta estación; regula la circulación de la sangre, lleva calor, oxígeno y nutrientes a todas las células de nuestro cuerpo.
El intestino delgado es un órgano de gran longitud encargado de la digestión y absorción de los elementos nutritivos que pasan directamente al torrente sanguíneo.
En otro plano, el corazón está relacionado con la capacidad de entender y ver claramente e influye en nuestra estabilidad emocional.
Y el intestino delgado es responsable de la asimilación y absorción de ideas.
Meridiano del corazón: Comienza en la axila, baja por el brazo recorriendo la cara interna y termina en el extremo de la uña del dedo meñique.
Meridiano del intestino delgado: Empieza en la uña del dedo meñique, recorre el dorso de la mano, sube por el brazo hasta el hombro y recorre la cara terminando delante de la oreja. Este meridiano gobierna también la zona de los codos, hombros y cuello.
Para el correcto funcionamiento del corazón y del intestino delgado intervienen dos factores fundamentales: la dieta y el ejercicio.
Sabemos
que los alimentos muy condimentados o ricos en especias y salazones son dañinos tanto para el corazón como para el intestino delgado. También es perjudicial un nivel alto de colesterol en la sangre; si una persona tiene débiles el corazón o el intestino delgado deberá reducir o eliminar de su dieta la carne roja, los huevos y los productos lácteos.
Los alimentos que favorecen el elemento fuego son el maíz, las coles de Bruselas, las cebolletas, los cebollinos, las lentejas rojas, los fresones,
las fresas y las frambuesas. También son beneficiosos los alimentos ligeramente amargos como la rúccola o el diente de león que estimulan el
funcionamiento del corazón y del intestino delgado.
La práctica de un ejercicio de forma regular refuerza y equilibra el elemento fuego.
Ejercicios para equilibrar los meridianos del corazón y del intestino delgado.
Nos sentamos en la media postura del loto o en la postura del loto y entrelazamos las manos en la espalda. Estiramos completamente los brazos y flexionamos lentamente el tronco hacia delante, elevando también los brazos. Mantenemos un minuto aproximadamente.
Beneficios.
Eliminamos tensión neuromuscular entre los hombros y en la parte alta de la espalda. Mejora el riego a todo el cuerpo, y favorece el funcionamiento de todos los órganos abdominales. Estiramos músculos de los brazos y hombros.
Isabel Morillo
www.yogaarguelles.es