Jorge
Bucay es un psicodramatista, terapeuta gestáltico y escritor argentino. Nació
en Buenos Aires en 1949, en una familia modesta del barrio de Floresta. Se
graduó como médico en 1973, en la Universidad de Buenos Aires, y se especializó
en enfermedades mentales en el servicio de interconsulta del hospital Pirovano
de Buenos Aires y en la clínica Santa Mónica. Ha trabajado desde los trece
años. En su
camino de vida ha sido vendedor ambulante de calcetines, de libros,
de ropa deportiva, agente de seguros, taxista, payaso, almacenero, educador,
actor, médico de guardia, animador de fiestas infantiles, psiquiatra,
coordinador de grupos, colaborador de radio, conductor de televisión, y
psicoterapeuta de parejas y adultos. Actualmente, su tarea como ayudador
profesional, como él se define, se divide entre sus conferencias de docencia
terapéutica, que dicta desde hace varios años viajando por el mundo, y la
difusión de sus libros, herramientas terapéuticas según el autor. Autor de
Cartas para Claudia, Déjame que te cuente, Cuentos para pensar, Amarse con los
ojos abiertos, 20 pasos hacia adelante y El candidato. Es autor también de
cuatro libros que constituyen la serie Hojas de Ruta: El camino de la
auto-dependencia, El camino del encuentro, El camino de las lágrimas y El
camino de la felicidad. Sus obras se han convertido en bestsellers en México,
Uruguay, Chile, Costa Rica, Venezuela, Puerto Rico y España, y han sido
traducidas a diecisiete idiomas.De entre su obra habría que destacar obras como Cartas para Claudia, Déjame que te cuente o El candidato, además de las llamadas «Hojas de ruta», como El camino de las lágrimas o El camino de la felicidad. Traducido a más de quince idiomas, con el éxito de sus últimos libros ha conseguido situarse al nivel de autores como Paulo Coelho.
El escritor argentino Jorge Bucay es conocido por adaptar cuentos y leyendas tradicionales a los problemas y necesidades actuales. Una de sus historias narra la preocupación de un joven que se siente inútil y poco valorado. El jóven del relato, angustiado, pide consejo a un veterano maestro, quien, en lugar de ayudarle, le encomienda una tarea: "ve al mercado y vende mi anillo, al menos por una moneda de oro". Tras hablar con diferentes mercaderes, el aprendiz, solo obtiene el verdadero interés de un anciano que le ofrece tres piezas de plata, mucho menos de lo que el sabio pedía inicialmente.
Apenado por no haber obtenido esa moneda de oro, el joven vuelve a casa con el anillo. En el hogar del maestro, éste le recomienda ahora visitar al joyero del pueblo: "por mucho que te ofrezca no lo vendas", le advierte.
Ya en la joyería, el especialista lamenta tener "sólo unas 60 monedas de oro" para comprar el anillo del aprendiz. El chico había aprendido ese día una valiosa lección: él y muchas personas, como ese anillo, son joyas muy valiosas que solo deberían ser valoradas por verdaderos expertos.