lunes, 15 de septiembre de 2014

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Un gran pilar de la práctica de yoga es la meditación. Existen diferentes maneras de practicarla, sin embargo, en este breve articulo quiero compartir con ustedes mi visión de cómo podemos integrar diferentes aspectos en una dinámica física para lograr una meditación más activa, es decir, meditación en movimiento.
En Yoga Sutra 1.2, el Maestro Patanjali nos dice “yogaścitta-vtti-nirodha” que quiere decir, que cuando logramos dejar de identificarnos con las fluctuaciones de nuestra mente o pensamientos, entonces podemos alcanzar el estado de Yoga: Unión, Dicha, Éxtasis.
Mientras nos identifiquemos con pensamientos, ideas, y con nuestra manera de
percibir el mundo, obviamente limitada a los sentidos, sufrimos debido a que las situaciones, objetos e incluso personas estamos en constante cambio. Para llegar al estado de yoga ideal, debemos desapegarnos en el mayor grado posible, de todas las ataduras de las percepciones mundanas subjetivas, y que sin embargo a veces consideramos absolutas.
Es vital ir soltando tus pensamientos y enfocar tu mente únicamente en tu respiración y una intención personal que sirva como motor, lo cual
nos lleva, por el tiempo que dura la práctica, a dejar afuera preocupaciones, pensamientos, pendientes, tristezas, alegrías, etc.
La intención de mantener la mente enfocada en un solo objetivo o propósito, en este caso, la respiración y el fluir de las posturas, es construir y entrenar una mente más ecuánime, más fuerte y menos apegada a las cosas materiales, sin preferencias, sin expectativas, abierta y fluyendo.
Es muy importante mantener la respiración y los movimientos fluyendo durante todas las posturas por igual, enfocando y enfatizando igual en Tadasana (Postura de la Montaña) que en Sirsasana (Parada de Cabeza) o en Savasana (Postura del Cadáver) por mencionar algunas.
Recordemos que respirar es como el pegamento que une una postura con la otra en forma de vinyasa. Tu respiración es la manera en que conectas con la vida, y a tu alrededor.
Otros recursos muy importantes para mantener el control sobre la mente e ir practicando una meditación activa, es no esperar recibir frutos del esfuerzo, es decir, hay que tener el enfoque de dar lo mejor de uno mismo sin esperar el reconocimiento del maestro. Igualmente es básico no apegarse a los resultados: no importa cuántas veces caes de la postura sino cuantas veces la intentes nuevamente. Lo anterior es fundamental para ayudarnos a construir Constancia, Perseverancia y Paciencia.
El enfoque es uno de los instrumentos más importantes para este tipo de meditación activa y una manera de mantenerlo es traer la mente al presente, y no estar pensando -“Que sigue después de esta postura?”- adelantando, anticipando, al igual que no podemos hacer eso en nuestra vida: -“Que sigue mañana?”- No sabemos.
Seamos el observador imparcial de nosotros mismos, sin tratar de reprimir los pensamientos, sino de observarlos y soltarlos. Sin juzgarnos. Un pensamiento llega a la vez, y lo observas, lo sueltas, lo dejas ir. Este es un gran ejercicio de control de tu mente.
Entonces tenemos que cuando ofrecemos nuestra práctica a algo más que nuestro propio beneficio, nos enfocamos en “soltar”, fluir y respirar, cada vez como si fuera la primera y la última de la práctica, simplemente disfrutando, estamos practicando meditación en movimiento.
Con toda estas prácticas, no solo nos movemos hacia afuera de postura en postura, sino estamos moviéndonos hacia adentro en una viaje a través de nosotros mismos. Conociéndonos, reconociéndonos, aceptándonos, y fluyendo en una práctica de paz, armonía y felicidad.
Namasté.
Articulo escrito por:
Ana Martha Camargo