domingo, 8 de octubre de 2023

Sentirse sol@ estando en pareja. ¿Y si el origen de la sensación de soledad eres tú?

                            

Sentirse solo en pareja: la frialdad emocional que crea distancias

La soledad que se experimenta aún estando acompañado es devastadora y contradictoria. Esta realidad tiene serias secuelas si la sufrimos estando en pareja, porque no hay nada más doloroso que la indiferencia, que el vacío emocional de la persona que amamos.

Sentirse solo en pareja, ¿por qué ocurre?

Hay dramas que no necesitan palabras, ni golpes, ni tragedias palpables para que aparezca el sufrimiento. En realidad, las mayores tristezas se hilan en el silencio del día a día, poco a poco y en esa cotidianidad donde dos personas que antes de juraban amor eterno, ahora una de ellas ya no jura ni promete, sino que rehuye y aplica queriendo o sin querer la frialdad emocional.

Algo así en realidad, no surge de una semana para otra. Ese distanciamiento psicológico (que no siempre es físico) aparece de las maneras casi insospechadas. Es dejar de dar importancia a las costumbres o los rituales que antes se tenían, es olvidar detalles, es oír al otro pero no escuchar lo que nos dice, es dejarse llevar por la rutina y no tener ganas de hacer cosas diferentes en común…

Este tipo de situaciones tienen un serio impacto. Percibir cómo nuestra pareja parece situarse mentalmente en otras latitudes donde cada vez es más evidente la desconexión respecto a nosotros, no solo duele. También es el origen de muchos otros problemas.

El desamor y el miedo a actuar

En ocasiones, el desamor hace acto de presencia como un viento frío cuya fuente no identificamos. De pronto, y sin necesidad de que suceda nada, todo pierde su brillo, su significado y trascendencia. Las emociones ya no son las mismas y de nada sirve forzarlas ni hacer ver lo que ya no se siente.

La falta de amor no siempre necesita una razón concreta para que surja, simplemente aparece y cuando lo hace puede ser igual de desconcertante para los dos miembros de la pareja. Ahora bien, cuando uno es plenamente consciente de que ya no ama al otro, debe actuar y dejar claros sus sentimientos. Los engaños (y autoengaños) que se mantienen en el tiempo tienen serias consecuencias. Una de ellas es hacer padecer al otro al percibir la evidente frialdad emocional.

La rutina que nos atrapa

Sentirse solo en la pareja es más probable cuando el peso de la rutina se agranda. Hay épocas en que simplemente, nos dejamos llevar. El trabajo, las obligaciones, los hijos… Todo cae en un ritmo mecánico donde no hay espacio para el afecto, para mirarnos a los ojos y reencontrarnos.

Al final, hasta las conversaciones son rutinarias lo que erosiona el cariño, el amor y la intimidad. Frente a ello podemos probar a introducir cambios en nosotros mismos o solicitar ayuda profesional. En cualquier caso, la pasividad en pocas ocasiones arregla el problema.

¿Y si el origen de la sensación de soledad eres tú?

Hay una tercera dimensión en el hecho de sentirse solo en pareja a considerar. En ocasiones, llega un punto en nuestra vida en que aparece un vacío sin explicación. En ese hueco vital se entremezcla la insatisfacción, la falta de significado existencial e incluso el miedo a cambiar lo que nos rodea.

Este tipo de situaciones son más comunes de lo que pensamos. Hay personas que se sienten solas en su relación de pareja porque ya no son las mismas; en ellas navega ahora la frustración por no tener lo que desean. En estos casos no hay culpables, y aunque creamos que es el otro quien ha cambiado y ya no es capaz de darnos lo que necesitamos, en realidad, quizás seamos nosotros.

Nosotros, tal vez, los que hemos evolucionado, crecido en perspectivas hasta el punto de cambiar gustos, necesidades o motivaciones (otra proyección profesional, mayor independencia, nuevas conexiones sociales y personales, etc.).