Asanas: Continuación de clase yoga
embarazadas
Quizás el momento más delicado puede
darse durante “El primer trimestre “El
cambio hormonal es significativo. Las náuseas, molestias digestivas nos restan
energías para abordar las posturas o asanas. Podemos sustituirlas o adaptarlas
a una secuencia más pasiva o relajante. Durante este periodo inicial aceptamos
estos cambios que nos llevaran a un estado más meditativo e interno. En la
práctica de clase iniciamos con “Baddhakonasana” o postura del sastre sentado;
esta asana nos conecta física y energéticamente con su correspondiente chakra
situado en la región pélvica donde se siente el niño.
“El segundo trimestre”: Los
ligamentos y los músculos están ahora más flexibles; además en general el
estado y la energía suelen aumentar con lo cual se añaden posturas con ayuda de
soportes como: sillas, mantas, cinturones, pelotas que van creando nuevos
espacios dentro del cuerpo materno. En esta etapa, el cuerpo nos pide
movimientos suaves, sobre todo para aliviar las tensiones tan frecuentes en la
zona baja de la espalda. Es conveniente estirar suavemente las vértebras en
torsiones y extensiones hacia delante y arriba.
En la práctica de clase introducimos
posturas sentadas, Ej.: “Upavistha Konasana”. Estas asanas facilitan un buen
parto. Facilitan el paso de la orina, descargando la vejiga. La zona pélvica se
mantiene extendida, dándole espacio al feto para moverse. La espina dorsal se
fortalece.
“El tercer Trimestre”: Momento en
el cual la madre se va concentrando cada vez mas en su hijo, a nivel físico
siguen produciéndose grandes cambios como en el caso de la articulación del
pubis que se ablanda preparándose para el momento del parto. Es conveniente
centralizar la practica en el “ejercicio de ponerse en cuclillas”, y a que es
una postura, que abre la pelvis para el descenso del bebe. También es
importante incorporar los ejercicios de relajación y respiración ya que
fortalecen el cuerpo, mejoran la salud, y relajan los nervios de la madre.
Aportan salud mental y felicidad y purifican la mente. En la práctica de clase
introducimos “ Sarasana”, que debería realizarse al menos dos veces al día (
por la mañana y por la noche) sería conveniente practicarla lo más a menudo
posible cuando el cuerpo sienta la necesidad de descansar.
Espero que esta lectura anime a las
lectoras a vivir más armonizado su embarazo a través de la práctica de yoga.