viernes, 30 de enero de 2015

ESTRATEGIAS PARA TRATAR LA DEPRESION: CENTRODE YOGA MAITREYA EN ALCORCON



LA “DEPRESIÓN” DESDE EL PUNTO DE VISTA ESTRATÉGICO
Desde la Terapia Breve Estratégicas trabaja usando un modelo empírico-experimental por el cual conocemos el problema a través de su solución. Los “por qué” son sustituidos por el “cómo” funciona el problema. No vamos en busca de la causa, ya que esta puede ayudarnos a comprender el problema, pero los problemas no se resuelven con solo su comprensión.
Intentamos responder a la pregunta de cómo funciona el problema aquí y ahora, cuáles son las soluciones que la persona ha intentado hasta el momento y cuáles no
han funcionado. Para conocer cómo un problema se mantiene en el tiempo debemos intervenir sobre él  para intentar cambiarlo.
Lo que hace que una dificultad se convierta en un problema y un problema en patología es lo que la persona hace o piensa (y a menudo también su entorno) para intentar resolver la dificultad.
Hay una cosa que me suele suceder en la consulta, y es que hay personas que vienen tras otros intentos de intervención terapéutica por depresión fracasados, o bien después de que su médico de familia le diga: “Lo que a usted le pasa es que está deprimido” y le recete un antidepresivo. Este diagnóstico suele tener un efecto terrible en la vida de las personas, ya que cuando oímos la palabra depresión, todos nos hacemos una imagen de lo que es  y el mensaje que el profesional trasmite a la persona con la palabra depresión es “ya no eres capaz de gestionar tu vida”. ¿Sabéis que sucede? Que cuando repito o me repiten mucho una cosa…termina por convertirse en realidad. Así es como funciona la construcción de las creencias.
Una de las cosas que con más frecuencia hacen las personas “deprimidas” ante determinados problemas, tras intentar , una y otra vez,  resolverlos sin éxito es renunciar. Según G. Nardone “La depresión no es un trastorno en sí mismo, sino un trastorno que es efecto de otras problemáticas.  La palabra depresión indica “bajada”, sirve para indicar la reacción que tiene un individuo cuando hay algo que no funciona en su vida. La depresión no nace de la nada, es el resultado de los fracasos, de la desilusión. Nace siempre a partir de algo que, por lo que sea, provoca esa derrota y , entonces, la persona se rinde”.
Podemos hacer el experimento con nosotros mismos, cada día dejo  de combatir, me rindo, y luego empezar a pensar que somos así por haber nacido en la familia que hemos nacido, o que somos víctimas de la naturaleza porque nos ha hecho feos, la naturaleza es la culpable, o somos así debido a nuestra falta de éxito, hemos luchado, pero estamos derrotados… No importa cuál de estas perspectivas elijamos, sino que éstas nos lleven a dejar de combatir.  Asumirla durante unos meses y seremos un paciente deprimido con toda la sintomatología”. Esto es así, porque cada uno construye aquello que luego sufre. La realidad no es lo que nos sucede, sino lo que hacemos con aquello que nos sucede. Y un deprimido lo que decide hacer es rendirse y/o renunciar.
Desde la TBE primero trabajamos sobre la sintomatología que la persona tiene para después trabajar sobre las dificultades o problemas que han llevado a la “depresión”.
Retomando lo que decía Nardone acerca de que la depresión es el efecto de otras problemáticas, lo que hacemos es indagar no solo en el cómo del problema, sino también dónde, con quien, desde cuándo, la frecuencia… así como las soluciones que el paciente ha puesto en marcha para tratar de estar mejor. Generalmente,  las personas en esta situación han intentado diferentes cosas: animarse, hacer cosas, mantenerse activos, tomar decisiones… sin éxito, lo que ha hecho que terminen renunciando debido al fracaso en la solución del problema. Se paralizan rechazando hacer cualquier cosa, tienen ideas negativas, desesperanza… lo que les lleva, a su vez, a aplazar las cosas, tener una actitud de esperar a que las cosas cambien por sí solas o delegar en los demás la propia mejoría, y no tomar decisiones.
En nuestra terapia analizamos qué aspecto es el que predomina en ese momento en la persona que tenemos delante y comenzamos a trabajar sobre ello, mediante diferentes tareas a llevar a cabo entre sesiones. Una de las primeras cosas que hacemos es  colocar el pasado en el pasado para que no siga invadiendo el presente, e introducir en el presente esa cosa que va a permitir modificar el futuro, de forma que construya una nueva realidad, para que de una realidad sufrida pase a una realidad construida.
Debería ser de dominio público que sólo un 2% de los casos diagnosticados como depresión deberían ser tratados en primera instancia mediante psicofarmacología y, complementariamente, con psicoterapia. El resto, el tratamiento de primera opción debería ser psicológico. Por tanto, en caso de necesitar ayuda o conocer a alguien que la necesite, os recomiendo invertir vuestro dinero en un profesional de la psicología que ayude a resolver el problema que originó “la depresión”, antes que gastar el dinero en unos fármacos que no han demostrado ser más eficaz que lo primero y que, por contrapartida, tienen efectos secundarios claramente demostrados y que pueden derivar en numerosas patologías, además de la dependencia que conllevan.
 Documentado en: “Las caras de la depresión” E. Muriana, L Petteno, T Verbitz.