15 Plantas medicinales imprescindibles en tu botiquín
Los poderes
curativos de algunas plantas son conocidos desde hace miles de años. Este tipo
de plantas ya se utilizaban en la antigüedad para aliviar y curar ciertas
dolencias. Las plantas medicinales proporcionan múltiples beneficios para la
salud, sin aportar efectos secundarios. Gracias a la gran diversidad que la
naturaleza nos ofrece, es fácil encontrar una planta para tratar cualquier
síntoma o enfermedad.
Las plantas
medicinales más usadas
Existen plantas medicinales que se
toman directamente sin necesidad de ninguna preparación especial. Otras plantas
pueden utilizarse frescas, secas, en infusión o en forma de cataplasma para
aliviar ciertos síntomas.
El romero: esta planta
tiene numerosas propiedades curativas si se toma en infusión; ayuda a prevenir
la anemia por su índice elevado en hierro, es eficaz contra la
retención de
líquidos y los dolores de la menstruación, ayuda a combatir los problemas de
enfermedades respiratorias y ayuda a prevenir el cáncer y el Alzheimer.
La menta: esta hierba
aromática tomada en infusión de hojas secas previene los problemas de
cataratas, baja el nivel de fiebre, es eficaz contra la depresión y la ansiedad
y reduce las inflamaciones producidas por picaduras de insectos (aplicada en
forma de cataplasma).
La canela: esta planta
aromática es utilizada para aliviar los problemas digestivos, respiratorios y
circulatorios, además de ser considerada como un buen afrodisíaco.
El orégano: los
beneficios del orégano son digestivos, expectorantes y antisépticos si se toma
en forma de infusión, además ayuda a prevenir el cáncer y mejora la memoria.
Verdolaga: esta planta ayuda a combatir las enfermedades urinarias y a disolver los
cálculos renales. Favorece la reducción de la obesidad al ser diurética.
Aplicada en forma de cataplasma ayuda a calmar los dolores de vientre y los
ojos cansados.
Aloe Vera: debido a su
gran aporte de vitaminas y minerales es ideal para tratar la sequedad de la
piel, las quemaduras, el acné, los dolores reumáticos, la artritis y el colon
irritable.
El laurel: ideal para
aliviar las digestiones pesadas, las afecciones respiratorias y reducir la
probabilidad de enfermedades cardiovasculares. Tiene efectos diuréticos.
La manzanilla: gracias al
aporte de aceites esenciales y sales minerales es apropiada para el buen
funcionamiento digestivo, nervioso y para tratar dolores musculares. Aplicada
en cataplasma es perfecta para la conjuntivitis y las picaduras de insectos.
El anís verde: es un gran
aliado en caso de problemas digestivos en los bebés. Favorece la digestión y
elimina el mal aliento, además de aliviar los espasmos intestinales.
Higos secos: aunque
tienen un elevado porcentaje de calorías, los higos secos proporcionan un gran
aporte de fibra regulando así el tránsito intestinal. Además, proporcionan
vitamina C y hierro muy aconsejable en el caso de las anemias. Tienen un alto
valor en potasio que favorece el ritmo cardiaco y ayuda a regular el sistema
nervioso. También aportan el calcio esencial para prevenir los problemas óseos
y tienen propiedades anti cancerígenas.
Avellanas: este
alimento es muy rico en vitamina E y antioxidantes. Previenen el envejecimiento
de la piel y ayudan a reducir el colesterol. Aportan un gran valor de ácido
fólico.
El tomate: es una buena
forma de prevenir el cáncer de próstata, pulmón, estómago, mama y útero además
de reducir el colesterol en sangre. Es preferible comer el tomate cocinado para
favorecer la absorción de todos sus componentes.
El ajo: es una
planta perenne y resulta un gran aliado para mejorar la circulación de la
sangre y favorece la eliminación de líquidos. Es un gran bactericida que ayuda
a combatir problemas respiratorios y digestivos además de ser un poderoso
aliado contra el cáncer.
El brócoli: este
alimento, utilizado por los romanos y los griegos, combate eficazmente
problemas visuales como la miopía, la vista cansada y los ojos irritados. Ayuda
a eliminar líquidos.
La zanahoria: esta planta
es una gran fuente de vitamina A y de antioxidantes. Previene las enfermedades
del corazón y favorece la circulación de la sangre evitando así la formación de
trombos. La falta de la vitamina A puede producir ceguera nocturna, cansancio y
problemas en los dientes y la piel.