miércoles, 25 de septiembre de 2013

Embarazo y Yoga, Yoga prenatal, Salud embarazo y yoga.


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YOGA Y EMBARAZO

Cuando se vive el milagro de engendrar un hijo, también se lo acompaña con meses caracterizados por cambios profundos, crecimiento, maduración y también inestabilidad emocional. Una persona adulta sana nunca está sujeta a tantas modificaciones como durante el embarazo.
La práctica del yoga ayuda a encontrar bienestar físico, mental y emocional.
Estar en el mejor estado físico ayudara a la embarazada a conservar la salud durante ésta etapa, aumentado así las posibilidades de llegar a un parto natural y activo, seguido de una rápida recuperación.
En muchas sociedades primitivas las mujeres vivían en armonía con la naturaleza, utilizando su cuerpo de tal manera que estimulaban la flexibilidad, la resistencia y la buena salud preparándose así naturalmente para el parto y la maternidad. En la actualidad en cambio necesitamos aprender, como usar nuestro cuerpo de manera natural y el yoga puede ayudarnos a lograrlo.
A través de las posturas, respiración consiente y la relajación se consigue una conciencia tanto del cuerpo físico como del mental, lo que favorece un buen desarrollo del embarazo y el bienestar del bebe.
Realizar de manera regular ejercicios también ayudara a evitar el estrés, descargar la tensión diaria y proteger la espina dorsal, de modo que el cuerpo se pueda acomodar con facilidad a los cambios. A medida que se vaya logrando un mayor grado de flexibilidad y libertad de movimientos, la embarazada logrará estar cada vez más cómoda en las posiciones y durante los movimientos lo que la ayudará en el futuro a hacer frente a dolorosas contracciones, y cuando llegue el momento de dar a luz, sabrá instintivamente cómo emplear el cuerpo.
Una futura mamá que aprendió a calmar sus molestias, a eliminar los dolores característicos de esta etapa, a tener una mirada diferente y poder colocar al dolor en un sitio más natural, ni tan temido, ni tan sobre valorado, va a disfrutar más de su embarazo
El Yoga favorece el desarrollo de la conciencia corporal pudiendo así vivenciar el espacio donde habita el bebé y el espacio por donde pasará al nacer.
Cuando se combinan posturas,  con la respiración profunda, mejoraran todas las funciones vitales, incluidas la circulación de los fluidos, la eliminación de residuos y la propia respiración, además de aumentar el nivel general de salud y energía.
DESARROLLO
GRANDES Y PEQUEÑOS CAMBIOS
Los cambios son diferentes en cada etapa. En el primer trimestre suelen aparecer por un lado un cierto ensimismamiento y por los otros algunos trastornos como mareos, náuseas, vómitos que exigen una adaptación para funcionar cotidianamente con estas molestias.
Luego vendrán las transformaciones físicas: forma y tamaño de cuerpo. Y con los primeros movimientos fetales la conciencia de llevar un hijo adentro: situación que provoca por un lado alegría y por otro ansiedad.
Los cambios de forma y tamaño comenzarán a notarse a partir del cuarto o quinto mes. La embarazada debe aprender una forma diferente de relación con su cuerpo y con su imagen corporal, que posiblemente le demande mucho esfuerzo, pero también la enriquecerá mucho. Esta capacidad de verse diferente, le permitirá relacionarse con su ser y su cuerpo de modo más abierto y flexible.
En la entrada al último trimestre se presentarán ciertas dificultades de movimiento y la sobrecarga comenzará a hacerse sentir. Hacia el final del séptimo mes el bebe se ubicará cabeza abajo y esto puede traer molestias en el bajo vientre, además del comienzo de las ansiedades que produce el conectarse con el nacimiento.
El trabajo corporal puede acompañar en este tránsito y permitirle a la embarazada jugar con todas sus posibilidades de enriquecimiento tanto físicas como emocionales y espirituales, además de ayudarla en sus dificultades. Es probable que el crecimiento del bebe ocasione molestias de diferente intensidad para cada mujer, entonces deberá estimularse la búsqueda de nuevas posturas que permiten evitarlas, aliviarlas y alivianar el cuerpo y a la vez, aceptar su enlentecimiento y el mayor tiempo de descanso que necesita para sentirse bien.
Una de las partes del cuerpo que más consideración requiere durante el embarazo es la columna en la zona lumbar, debido al aumento de la lordosis que generalmente aparece.
La mayoría de los dolores lumbares pueden atribuirse a la acentuación de la lordosis lumbar.
El crecimiento del útero causa un ligero desplazamiento de la pelvis hacia delante. El incremento de la lordosis es mayor si la mujer ya desde antes tiene débiles los músculos extensores de la cadera y el abdomen.
Se buscará desde el yoga realizar ejercicios de rectificación especialmente de la región lumbar, y otros para mejorar la postura del cuerpo.
Cabe aclarar que la postura lordótica es una especie de "postura natural" producida ante el crecimiento de la panza, por lo tanto es de difícil corrección.
A través de la práctica de yoga en embarazadas buscamos:
*Conciencia superficial y profunda del cuerpo.
*La percepción de huesos, articulaciones, músculos y piel.
*Estiramiento y fortalecimiento muscular.
*Aliviar tensiones en todo el cuerpo y en particular en la zona lumbar.
*Centralizar la pelvis a través de ejercicios, tratando de evitar así el incremento de la lordosis.
*Conciencia de columna y pelvis.
*Conciencia de músculos abdominales como sostén de la postura y su función en el parto.
*Conciencia de la respiración
*Contacto con compañeras, dar y recibir.
*Percepción de las emociones.
*Contacto con el bebe.
Podríamos decir que no existe "un yoga para embarazadas", sino una adaptación en las asanas, respiraciones y otras prácticas adaptadas a la necesidad de la futura madre. Buscando de ésta manera acompañar desde la paz, la armonía, y tranquilidad, que el yoga nos brinda.
La columna vertebral es el soporte central, y durante el embarazo, cuando el cuerpo tiene que cargar con 9 ó más kilos extras, se pierde estabilidad y armonía.
Si la futura mamá no realiza ejercicios adecuados, las articulaciones de la columna de fatigan, causando dolor en el sacro, la parte baja de la espalda, el cuello o la cabeza.
Los ejercicios en el suelo son ideales para tomar conciencia de la columna.