viernes, 5 de julio de 2013

Parto natural.Preparacion al parto de una mujer que da a luz sin asistencia en la selva tropical.

Aquí es una oportunidad única para una mujer que da a luz sin asistencia y en la selva tropical en el vídeo Australia. Ella no vive en el tiempo reglamentario en el bosque, es una elección deliberada de luz natural, y la naturaleza.



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¿Cuáles son las ventajas de tener un parto natural?

El parto natural, sin medicación para el dolor, te permite controlar tu cuerpo al máximo posible, participar de
forma activa durante todo el parto, y tener mínimas intervenciones de rutina en el proceso del nacimiento. Si optas por este camino, tendrás que aceptar el dolor y el malestar como parte integral de la experiencia de dar a luz. Pero con la preparación y el apoyo adecuados, probablemente te sentirás profundamente satisfecha con el parto natural.

• La mayoría de las técnicas de parto natural no son invasivas, de modo que existen pocas posibilidades de daño o efectos secundarios para ti y para tu bebé.
• Muchas mujeres sienten intensamente su fortaleza durante el parto natural y se sienten realizadas después. Y a pesar de tener que soportar el dolor, muchas afirman que optarían por el parto sin medicación nuevamente la próxima vez. A algunas mujeres, sentir que controlan el proceso del parto personalmente les ayuda a disminuir la percepción del dolor.

• No se pierde la sensibilidad corporal ni la conciencia. Estarás despierta y activa durante todo el parto, con lo cual podrás moverte con mayor libertad, encontrar posiciones que te permitan estar más cómoda durante las contracciones y ayudar activamente en el proceso del nacimiento, cuando sea el momento de pujar para que salga tu bebé.

• Tu pareja se puede sentir muy involucrada en el proceso del parto, al trabajar contigo para ayudarte a sobrellevar el dolor.

• Por regla general, no te tienen que suministrar fluidos por vía intravenosa ni conectarte a máquinas para controlar a tu bebé, de modo que es fácil moverse. Puedes caminar si lo deseas, tomar una ducha o un baño, y usar el inodoro en lugar de la bacinilla de cama.

• Tienes menos probabilidades que las mujeres que reciben una anestesia epidural de necesitar Pitocina, de que se use una ventosa o un fórceps para extraer al bebé, o de que te pongan un catéter en la vejiga.

• Puedes practicar ejercicios respiratorios, visualización, y auto-hipnosis antes de que empiece el parto y utilizarlos nuevamente durante el mismo y después. Muchas madres recurren a técnicas de relajación en los primeros días de la lactancia, mientras enfrentan los malestares del posparto, o cuando cuidar a un recién nacido las hace sentirse particularmente estresadas.

¿Cuáles son las desventajas de no recibir medicación?

A diferencia de la epidural, estas técnicas relajantes no eliminan el dolor, de modo que si no deseas sentir dolor, preferirás usar anestesia epidural. Además, los métodos naturales quizás no ofrezcan un manejo adecuado del dolor si tienes un parto complicado que requiere numerosas intervenciones o si estás exhausta a causa de un parto prolongado y necesitas dormir. Sin embargo, puedes cambiar de opinión y pedir que se te aplique una epidural en cualquier momento durante el parto, a no ser que estés a punto de pujar.

¿Cómo me preparo para un parto natural?

Una vez decidas que deseas un parto natural, puedes prepararte creando un plan de nacimiento, asegurándote de que darás a luz con el médico adecuado en el lugar adecuado, cerciorándote de que tienes un buen apoyo durante el trabajo de parto, y educándote acerca del parto y las técnicas para sobrellevarlo.

Puedes tener un parto sin medicación en un hospital tradicional, pero es probable que sea más fácil tener un parto natural en un centro de nacimiento o en casa. Los centros de nacimientos están diseñados para ofrecer una experiencia natural centrada en la familia y puedes organizar las cosas como te gustaría hacerlo si estuvieras en tu propia casa.

Si estás planeando un parto natural en el hospital, necesitarás hablar con tu médico acerca de tus expectativas y objetivos, y determinar qué intervenciones son de rutina y cómo puedes evitarlas. Ciertas intervenciones, como la administración de fluidos por vía intravenosa y el control electrónico constante, dificultan la movilidad. Esto tiende a hacer que sea más difícil — aunque no imposible — enfrentar el parto sin medicación para el dolor.

Muchas mujeres optan por que una comadrona las guíe durante el parto natural. Las comadronas están capacitadas para ayudarte a enfrentar las exigencias de un parto sin medicación y se quedarán contigo durante el mismo. Si optas por que un médico atienda tu parto, probablemente des a luz en un hospital y te apoyes principalmente en las enfermeras de la sala de partos del hospital.

Algunas enfermeras están muy bien capacitadas en las técnicas del parto natural, pero no puedes predecir quién te tocará, y las enfermeras van y vienen por turnos. En este caso, es posible que contratar a una doula que se quede contigo y te guíe durante tu trabajo de parto sea particularmente valioso.

Encuentra a una profesora de clases prenatales que se concentre en gran medida en el parto natural, quizás alguien capacitado en el método Bradley o Lamaze, que te ayude a entender qué esperar durante el parto y te enseñe diversas técnicas para enfrentarlo. Entender lo que sucede durante cada etapa te puede permitir apreciar el poderoso rendimiento de tu cuerpo y trabajar con él.

Tanto si planeas tener un parto natural como si no, saber de antemano qué métodos hay para aliviar el dolor, sea naturalmente o con medicación, es muy recomendable. Esta información puede reducir tu ansiedad, lo cual es muy positivo, porque la tensión y el miedo tienden a aumentar la percepción del dolor. Incluso puede ayudar al progreso de tu trabajo de parto, ya que los altos niveles de hormonas de estrés podrían afectar la capacidad del útero para contraerse.

Si estás planeando tener un parto natural, es importante recordar que, por muy bien preparada y saludable que estés, y aunque tengas plena confianza en ti misma, es posible que la naturaleza te juegue una mala pasada. Podrías necesitar intervenciones médicas que te hagan difícil manejar el dolor de forma natural, o el trabajo de parto podría ser mucho más prolongado o más doloroso de lo que imaginabas. Incluso si te sientes segura ahora acerca de cómo quieres lidiar con el dolor, es importante ser flexible y dejarte guiar por las circunstancias y necesidades que puedan surgir a la hora del parto. Esto te ayudará a evitar decepciones si no tienes el parto "ideal" que habías imaginado.

Más allá de la decisión de dar a luz sin medicación, no existen reglas especiales para un parto natural, pero aquí te detallamos algunas de las técnicas más comunes para sobrellevarlo.

Ejercicios respiratorios y visualización

La mayoría de las clases de preparación para el parto incluyen técnicas de respiración y visualización. Tú y tu compañero recibirán patrones de respiración específicos para practicar, y tu instructor te enseñará cómo usar la visualización (de un lugar que te tranquilice, por ejemplo, o del nacimiento fácil y seguro de tu bebé) para ayudarte a sobrellevar el dolor. También podrías aprender técnicas como relajación progresiva o controlada, en la cual liberas la tensión al concentrarte sobre un músculo en particular, contrayéndolo, y luego relajándolo hasta que esté lo más relajado posible.

Estas técnicas se basan en la relajación y en el apoyo de tu pareja para lidiar con tus contracciones, y pueden funcionar especialmente bien si tu trabajo de parto progresa como debería. Si alguna vez has practicado yoga, un arte marcial, o meditación, ya podrías contar con la práctica necesaria para respirar durante el parto. También podrías descubrir que llevar algo especial en lo que puedes concentrarte (una fotografía favorita, por ejemplo) y escuchar música tranquilizadora te ayudan a relajarte.

Apoyo personal en el trabajo de parto

Tener a alguien a tu lado que se comprometa a brindarte apoyo emocional así como a ayudarte a estar lo más cómoda posible, puede reducir notablemente tu ansiedad y nivel de estrés y ayudarte a soportar los rigores del parto sin medicación.

Las investigaciones demuestran que las mujeres que tienen apoyo profesional constante tienen menos probabilidades de necesitar medicación sistémica para el dolor o una epidural durante el trabajo de parto y, en algunos casos, tienen más probabilidades de tener un parto vaginal normal que las que no tienen ese tipo de apoyo. Esto puede ser particularmente cierto cuando una de las personas que te atiende es una especialista, como por ejemplo una doula, cuya única responsabilidad es brindarte apoyo y ocuparse de tu comodidad.

Posición y movimiento

Cuando no estés medicada o conectada a un monitor, puedes intentar diversas posiciones durante el trabajo de parto, incluyendo ponerte de pie, apoyarte en tu compañero, sentarte, arrodillarte (ya sea con la espalda recta o apoyada contra tu compañero, que puede estar sentado en el borde de la cama) y ponerte a cuatro patas. Es posible que el movimiento te haga sentir más cómoda, y que desees caminar, mecerte en una mecedora si la hay, o mecerte sobre una pelota de fisioterapia si está disponible. Moverte puede hacer que sientas mayor control, además de aliviar la ansiedad y el dolor. Algunos hospitales con alta tecnología tienen sistemas de monitorización inalámbricos, de modo que aunque tuvieras complicaciones que requirieran una monitarización constante podrías moverte con libertad.

Durante la etapa de pujar, la posición vertical podría ayudar a tu bebé a descender, y agacharte o arrodillarte podría ayudar a abrir la abertura pélvica. Las diferencias no son demasiado importantes, de modo que prueba diversas posiciones y quédate con las que te hagan sentir más cómoda.

Hipnosis

Algunos estudios sugieren que la hipnosis te hace sentir menos dolor durante el parto. Para usar la auto-hipnosis, deberás entrenarte y practicar antes de tiempo para poder aprender cómo concentrarte y relajar tus músculos durante el parto.

Masajes, tacto, y terapia de frío y calor

El masaje promueve la relajación, tranquiliza los músculos tensos, y puede reducir la percepción del dolor. Puedes pedirle a tu compañero, a tu mamá, o a quien sea que te esté ayudando durante el parto que te haga masajes: el tacto de una persona amada puede ser muy reconfortante si estás ansiosa. Te puedes sentir mejor con un masaje de presión suave o es posible que prefieras un masaje que presione más intensamente.

Si estás sufriendo mucho dolor de espalda, que suele suceder cuando el bebé viene en posición posterior (es decir, cuando su cráneo está apoyado en la espalda de la mamá y su cara mirando hacia el hueso púbico), probablemente desees un masaje firme o que te apliquen contrapresión estable en la parte inferior de tu espalda. No obstante, es posible que en algunos momentos el masaje te resulte molesto y deberás comunicárselo a tu equipo de apoyo.

Muchas mujeres también sienten alivio si se les ponen compresas calientes o una bolsa de agua caliente en el bajo vientre, en la espalda, o en cualquier otro lugar donde sientan malestar. Otras mujeres encuentran que las compresas frías les ayudan más, mientras que algunas prefieren alternar frío y calor. Vale la pena probar ambas opciones. Simplemente asegúrate de proteger tu piel del contacto directo con el frío o el calor.

Hidroterapia

La hidroterapia incluye el uso de agua para ayudar a aliviar los malestares del trabajo de parto. Darse un baño en casa antes de salir para el hospital, cuando las contracciones aún no son tan seguidas o intensas, es un ejemplo de hidroterapia. La mayoría de los centros de nacimientos y algunos hospitales ofrecen bañeras extra-grandes o tipo Jacuzzi durante el parto.

Al igual que las demás opciones sin medicación, la hidroterapia te permite permanecer consciente y en control de la situación. El agua caliente promueve la relajación muscular y puede reducir el dolor, la ansiedad, y la necesidad de medicación. Una ducha caliente también puede ser de ayuda durante el parto, aunque no existen estudios acerca de los beneficios de darse una ducha.

Un estudio sugirió que la inmersión constante al principio del trabajo de parto puede disminuir un poco la velocidad del mismo, de modo que algunos médicos recomiendan limitar la duración de los baños al principio o esperar a que el parto ya esté bien encaminado antes de tener una inmersión prolongada. Asegúrate de que el agua de la bañera esté a la temperatura del cuerpo (98.6 grados Fahrenheit o 37 grados Celsius) o más fría, ya que una temperatura superior podría elevar tu temperatura, así como la temperatura y la frecuencia cardiaca de tu bebé.

Sin embargo, no todas las mujeres son buenas candidatas para la hidroterapia durante el trabajo de parto. No es una opción si tienes complicaciones que requieran un monitoreo constante, por ejemplo. Y la mayoría de los médicos recomiendan no sumergirse si ya se rompió aguas (la bolsa), debido al riesgo de infección por bacterias que merodean en la bañera, en los jets de agua de un jacuzzi, o en las cañerías. Ducharse no presenta problemas.